domingo, 23 de mayo de 2010

"Una y otra vez
se aferra uno a las cosas a las que ha tomado cariño
y piensa que se trata de fidelidad, pero es solo pereza"


[El lobo estepario - Hermann Hesse]




De cara a los demás,tengo muchos defectos.
Pero de cara a mí, guardo uno horrible.
Intento por activa y por pasiva
no volver a cometer errores.
Pero este resulta inevitable.
Me enamoro. Me enamoro de personas que actúan de forma distinta a la que a primeras sus ojos prometen. Y no es que duela, porque a veces ni siquiera me dan tiempo a sentirles. Ya no sé si me enamoro de lo que son o de sus espectativas, de sus ojos o de sus maneras tan distintas de mirar. Ya no sé si le doy más importancia a la forma de hablar o al tiempo que gastan escuchando mi voz. Me enamoro de los sueños de otras personas que apenas conozco, me enamoro de sonrisas que probablemente no voy a volver a ver, y de trocitos de alma, de retales, que guardo en un cajón para permitirme sentirles, en la distancia, de vez en cuando..
Temo apostar por gente que aparenta ser especial, temo permitirles entrar en mi vida, porque lo que se llevan a casa es tan mío que por las noches me siento vacía, y ni siquiera tengo el valor suficiente como para pedírselo.
Me alimento de detalles,
y me rebienta el corazón que cuando lo necesito
no se esté a la altura...