miércoles, 1 de diciembre de 2010

Y eso es lo que me ocurre...

Hace mucho tiempo que se me han acabado los argumentos.
Deambulo de aquí para alla, tratando de diferenciar un día del siguiente,
catando las pequeñas diferencias como si de un carísimo espumoso se tratase, y cada vez me cuesta más identificar qué hay de distinto entre este lunes y el pasado, entre hoy y anteayer, entre ahora mismo y hace 10 minutos.

Me sobran momentos iguales. Me faltan instantes únicos.

Me vendrán los optimistas con el rollo ese
de que cada día es único, de que vive el momento,
de que el presente es lo único que tienes, de que si la carta de García Márquez
de que si cada instante es especial...
Y una mierda